Los cerezos del Valle del Jerte han cumplido "más o menos lo estipulado" en horas frío este año, con 925-959 horas frío en la zona media, mientras que en las zonas bajas han sido 825-850 horas frío, por lo que se ha portado "bien" el 2017 y lo que se lleva de 2018.
De este modo lo ha señalado el presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, Emilio Sánchez, quien ha recordado que las horas frío son aquellas que los cerezos pasan por debajo de los 4 grados centígrados, lo que permite que la savia de los cerezos se ralentice y mantenga parada, lo que se llama "el descanso del árbol".
Dependiendo de las variedades de cerezo cada uno requiere un número de horas frío mayor o menor "como la Bang que necesita más y la ambrunés que es muy exigente", según Sánchez, pero con las horas registradas en esta temporada, muy semejantes a las de la pasada campaña, son las suficientes porque ya el año pasado se registró "un cosechón".
En esta línea, en declaraciones a Europa Press ha apuntado que el descanso del árbol es "importante" porque "el árbol es igual que las personas, tiene estrés durante todo el año", y cuando no descansa de manera adecuada no podrá enfrentarse adecuadamente a la floración y la posterior campaña de fruto.
La "mala" noticia es la "escasa" pluviometría registrada en el valle del Jerte este otoño e invierno, unos balances hídricos en los que se está "de pena", según Sánchez, ya que se han recogido apenas "350 litros" una cantidad muy baja debido a que las "lluvias han sido lamentables", mientras que la nieve "ha sido nieve blanda que en dos días se ha ido".
Una situación que se solucionaría "con 15 días lloviendo sin parar", aunque no es muy confiado Emilio Sánchez en que pueda llegar estas lluvias continuadas, por lo que se espera que al menos lo que queda del mes de febrero se superen "los seis litros" que se llevan y pone su "esperanza" en el mes de marzo.